jueves, 20 de mayo de 2010

LOS CARIBES

A pesar de ser el mar mejor conocido del Nuevo Mundo, el Caribe fue el que permaneció más tiempo sin nombre. Era el original Mar del Norte, pero el nombre se extendió rápidamente a todo el Atlántico. Velasco trato de darle un nombre adecuado diciendo; “de los caníbales llaman al golfo grande del Mar Océano desde la Deseada y Dominica por toda la costa de Tierra Firme, Yucatán, Golfo de Tierra Firme y de las islas del Mar del Norte”
Los caribes, que habían tomado la mayor parte de las Antillas Menores. En Centroamérica, una especie de frontera entre los pueblos aborígenes caribes y mesoamericanos va del cabo camarón sobre el golfo de Honduras, corriendo hacia el sur-sudeste, hasta la costa más occidental de Panamá sobre el Pacífico. En la época del descubrimiento se estaba iniciando una invasión, del norte al oeste del Golfo de Panamá: la frontera étnica de Sudamérica estaba en una etapa de retroceso y disolución.
Las afiliaciones étnicas de la costa de Colombia y Venezuela son más obscuras, los aborígenes nunca fueron bien descritos: si eran hostiles, se les llamaba “caribes”, aunque algunos lo eran otros no. La mayor confusión se da en la costa de la actual Colombia: para los españoles, caribes eran los que comían carne humana; pero esa costumbre no existía en la costa colombiana. También el uso de las flechas envenenadas era considerado característico de los caribes, pero no es tan seguro los llamados caribes de Colombia son pues dudosos y no se identificó la lengua que hablaban. El noroeste de Venezuela estaba abierto al contacto de otras partes, de ahí la mezcla de raza, costumbres, artes e instituciones políticas, hace muy cuestionable la simple clasificación de arahuacos o caribes. Sea cual sea el lugar en que los acomodaban todos sufrieron lo mismo: “Entraban en los pueblos, ni dejaban niños y viejos, ni mujeres preñadas ni paridas que no desbarrigaban e hacían pedazos, como si dieran en unos corderos metidos en sus apriscos. Hacían apuestas sobre quién de una cuchillada abría el hombre por medio, o le cortaba la cabeza de un piquete o le descubría las entrañas. Tomaban las criaturas de las tetas de las madres, por las piernas, y daban de cabeza con ellas en las peñas. Otros, daban con ellas en ríos por las espaldas, riendo e burlando, e cayendo en el agua decían: bullís, cuerpo de tal; otras criaturas metían a espada con las madres juntamente, e todos cuantos delante de sí hallaban. Hacían unas horcas largas, que juntasen casi los pies a la tierra, e de trece en trece, a honor y reverencia de Nuestro Redemptor e de los doce apóstoles, poniéndoles leña e fuego, los quemaban vivos. Otros, ataban o liaban todo el cuerpo de paja seca pegándoles fuego, así los quemaban. Otros, y todos los que querían tomar a vida, cortábanles ambas manos y dellas llevaban colgando, y decíanles: "Andad con cartas." Conviene a saber, lleva las nuevas a las gentes que estaban huídas por los montes. Comúnmente mataban a los señores y nobles desta manera: que hacían unas parrillas de varas sobre horquetas y atábanlos en ellas y poníanles por debajo fuego manso, para que poco a poco, dando alaridos en aquellos tormentos, desesperados, se les salían las ánimas.”
Esta descripción tan explícita por parte De las casas aclara que arahuacos o caribes sin importar o no su resistencia o sus prácticas de antropofagia no justificaba la violencia ejercida por los españoles sin embargo este solo fue el principio de la aniquilación de población indígena que comenzó en el caribe y se extendió por todo el continente.

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